Mostrando las entradas con la etiqueta desastre de relaciones publicas. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta desastre de relaciones publicas. Mostrar todas las entradas

21 de febrero de 2014

Mapping Twitter Topic Networks: From Polarized Crowds to Community Clusters

Summary of Findings

Polarized Crowds: Political conversations on Twitter

Conversations on Twitter create networks with identifiable contours as people reply to and mention one another in their tweets. These conversational structures differ, depending on the subject and the people driving the conversation. Six structures are regularly observed: divided, unified, fragmented, clustered, and inward and outward hub and spoke structures. These are created as individuals choose whom to reply to or mention in their Twitter messages and the structures tell a story about the nature of the conversation.

If a topic is political, it is common to see two separate, polarized crowds take shape. They form two distinct discussion groups that mostly do not interact with each other. Frequently these are recognizably liberal or conservative groups. The participants within each separate group commonly mention very different collections of website URLs and use distinct hashtags and words. The split is clearly evident in many highly controversial discussions: people in clusters that we identified as liberal used URLs for mainstream news websites, while groups we identified as conservative used links to conservative news websites and commentary sources. At the center of each group are discussion leaders, the prominent people who are widely replied to or mentioned in the discussion. In polarized discussions, each group links to a different set of influential people or organizations that can be found at the center of each conversation cluster.

While these polarized crowds are common in political conversations on Twitter, it is important to remember that the people who take the time to post and talk about political issues on Twitter are a special group. Unlike many other Twitter members, they pay attention to issues, politicians, and political news, so their conversations are not representative of the views of the full Twitterverse. Moreover, Twitter users are only 18% of internet users and 14% of the overall adult population. Their demographic profile is not reflective of the full population. Additionally, other work by the Pew Research Center has shown that tweeters’ reactions to events are often at odds with overall public opinion— sometimes being more liberal, but not always. Finally, forthcoming survey findings from Pew Research will explore the relatively modest size of the social networking population who exchange political content in their network.

Still, the structure of these Twitter conversations says something meaningful about political discourse these days and the tendency of politically active citizens to sort themselves into distinct partisan camps. Social networking maps of these conversations provide new insights because they combine analysis of the opinions people express on Twitter, the information sources they cite in their tweets, analysis of who is in the networks of the tweeters, and how big those networks are. And to the extent that these online conversations are followed by a broader audience, their impact may reach well beyond the participants themselves.

Our approach combines analysis of the size and structure of the network and its sub-groups with analysis of the words, hashtags and URLs people use. Each person who contributes to a Twitter conversation is located in a specific position in the web of relationships among all participants in the conversation. Some people occupy rare positions in the network that suggest that they have special importance and power in the conversation.

Social network maps of Twitter crowds and other collections of social media can be created with innovative data analysis tools that provide new insight into the landscape of social media. These maps highlight the people and topics that drive conversations and group behavior – insights that add to what can be learned from surveys or focus groups or even sentiment analysis of tweets. Maps of previously hidden landscapes of social media highlight the key people, groups, and topics being discussed.

Seguí leyendo todo el artículo acá


Pu-Re Relaciones Públicas
Consultora en Comunicación Estratégica

Av. Córdoba 1868 P1 Of. 108
S2000AXD
Rosario - Argentina
t: +54 9 341 5 040191
m: info@pu-re.com.ar
www.pu-re.com.ar

Seguinos en Facebook





18 de julio de 2012

'Un desastre de relaciones públicas'


"Los datos italianos son tan malos como los de España. La diferencia es que Monti es un fantástico hombre de relaciones públicas en comparación con el desastre de relaciones públicas del Gobierno español".
La frase, de ayer lunes, es de Michael Gallagher, director de investigación de Idea Global, pero además de anecdótica, es también el sentir generalizado en la City, en Bruselas y hasta en los pasillos del Congreso.
No hay ningún político en el mundo, por bueno y popular que sea, que no culpe de sus problemas a un fallo de comunicación o la falta de entendimiento. Pero cuando son los propios 'mercados' los que le dicen a un Ejecutivo que su problema es de relaciones públicas, la cosa es grave.
En realidad, no se trata de que Rajoy sea mejor o peor orador que Monti. O que apenas hable con los medios de comunicación, que también, sino de que a los inversores les está convenciendo y tranquilizando más -al menos un poco más- el primer ministro italiano. Por su reputación. Porque Italia no es España. Por saber comunicarse en inglés. Por su experiencia en cargos relevantes a nivel europeo. Por carisma (es un decir), por desafiar la ortodoxia en el momento justo y salirse con la suya o porque simplemente es mejor. Da igual, el caso es que está siendo así.
Hace unos días, Peter Briger, responsable de Fortress, uno de los fondos más grandes del mundo, que gestiona cerca de 50.000 millones de dólares y es especialista en deuda de países con problemas ('distressed debt'), lo explicaba bien claro en una entrevista en EL MUNDO: "Obviamente, España tiene un problema muy grande de comunicación. Alemania logra financiarse a poco más del 1%, mientras que España lo hace al 7%. Para mí está claro que Alemania quiere mantener a la UE unida, tiene la voluntad. Así que ese diferencial del 6% entre ambos es un problema de comunicación. Hay que hacer que los clientes potenciales de deuda española entiendan cuáles son las iniciativas del país y que estén de acuerdo con ellas. Y hay que hacerlo rápido porque esa prima de riesgo es inaceptable e insostenible a largo plazo".
La receta de Briger es sencilla: España debe hablar con los inversores directamente, con los 15 o 10 grandes actores mundiales. Debe explicarles la situación del país, las medidas puestas en marcha y las que vendrán y convencerles de que el futuro, por mucho que diga la prima de riesgo, va a ser mejor. A la cara, abiertamente.
Y puede funcionar. "Nosotros tenemos experiencia en el país. Sabemos que las leyes funcionan. Que el sistema bancario funciona. Y diría que tras los últimos días, tras reunirme en persona con representantes del Gobierno y del sector financiero, tengo más confianza a largo plazo en España de la que tenía antes de venir", recalcaba el presidente de Fortress.
Está claro que los mercados se fijan en los fundamentales de un país más que en la capacidad de expresión de un político. Y que si creen que la banca española necesita 100.000, 250.000 o hasta 400.000 millones de euros para sanearse, se pueden hacer todos los saneamientos que se quieran, que ofreciendo 15.000 millones no se van a convencer.
Pero hay circunstancias en las que el carisma es esencial. En las que poder descolgar un teléfono y llamar y convencer a uno de los grandes 'hedge funds' o inversores puede condicionar el precio de una subasta. Y para eso, las relaciones públicas, un trabajo diario que implica viajar mucho, y no sólo al fútbol, dormir poco, sonreír y convencer a los escépticos, son esenciales. Como lo es tener peso específico enter los socios comunitarios para conservar un puesto en el Consejo del BCE o para lograr que tu candidata sea la elegida para presidir el nuevo Mecanismo Europeo de Estabilidad financiera.
El fin de semana pasado, mientras Rajoy estaba con su partido en Andalucía y las calles se llenaban de manifestantes irritados, Mario Monti estaba en la Sun Valley Conference (Idaho, EEUU) vendiendo la Marca Italia ante los grandes 'titanes'.
Confraternizando y siendo elogiado por Bill Gates o Warren Bufett y el resto de los ilustres y poderosos invitados de la firma Allen & Company.
Quizás a los inversores, los que compran la deuda española, no les haga falta que sea el propio presidente y no un ministro o la responsable del Tesoro el que vaya a las principales plazas de América, Asia o Europa a vender las bondades de su país y se conformen con que les expliquen, sólo a ellos, las nuevas medidas en un documentos.
O quizás sí. Lo que está claro es que todo el mundo estaría bastante más tranquilo si el Gobierno y el Banco de España no se llevaran la contraria en cuestión de horas en algo tan sensible como el futuro de los bancos o si las CCAA no anunciaran recortes de sueldos y luego las anularan.
Porque llevamos años así, lanzando un mensaje y el contrario desde todas las instituciones una y otra vez. Revisando el déficit cada pocos meses y sacando facturas del cajón por sorpresa. Deberíamos haber aprendido la lección y no lo hemos hecho. Y eso se paga. Porque los mercados saben que si se les engaña una vez, es culpa del mentiroso. Pero si se les vuelve a engañar, ya es culpa de ellos. Y han escarmentado y no fuman crack.
El hecho es que en Europa se habla cada día de las comunidades autónomas españolas, de aeropuertos vacíos y de 'cajas', y no del sur de Italia, mafia o corrupción. Los países que sobreviven no son los más fuertes, los más listos o los más ricos, sino los que se adaptan mejor. Y Monti, en eso, nos lleva mucho ventaja.


Fuente: El Mundo