El turismo, la banca y la salud son –
junto con el sexo – los sectores con más solicitud de información digital del
mercado. Los dos primeros han reaccionado de forma rápida ofreciendo no
solo información, sino también interacción digital con sus clientes y/o
usuarios. A través de los ordenadores, en un principio, y ahora ya mediante los
dispositivos móviles (teléfonos y tablets), se puede
realizar casi todo de una forma digital, desde consultar información, cotejar
precios, reservar, cancelar, emitir tarjetas de embarque, consultar cuentas,
hacer transferencias, pagar en efectivo…
La salud no ha seguido el mismo
ritmo. Aunque se calcula que aproximadamente el 50% de las personas conectadas
ahora mismo a internet están buscando, directa o indirectamente, información
sobre salud, los procesos de “consumo” de salud no se han digitalizado con la
misma rapidez que en los otros dos sectores. Seguramente por las limitaciones
legales y técnicas con las que se enfrenta, pero también es cierto que muchas
veces dichas limitaciones han creado un estado de precaución a la hora de
enfrentarse y plantearse nuevos formatos de digitalización en la comunicación
que ha ralentizado el proceso.