Las Relaciones Públicas no se improvisan; por el contrario, son el esfuerzo continuo y organizado por mantener una relación armoniosa entre la Institución y sus públicos basada en el intercambio de opiniones y de información.
Dada la complejidad del mercado, las Relaciones Públicas exigen un alto grado de calificación porque este proceso no se desarrolla espontáneamente, sino que ha de ser planeado y ejecutado por profesionales capaces de asesorar, ejecutar y evaluar las comunicaciones de toda la entidad, en un proceso continuo que se compone de cuatro etapas:
La Investigación: En esta primera etapa (que algunos llaman Auditoría de la Imagen) se deben sondear las opiniones, las actitudes y las reacciones de los públicos y analizar después toda la información obtenida. Esta instancia se puede resumir con estas preguntas: